Montaña de Siete Colores
Hace unas semanas visité un lugar impresionante en Cusco. Esta región tiene muchos atractivos arqueológicos como el aclamado Machu Picchu y también naturales como el que tuve la suerte de conocer en este viaje. Me refiero a la, ahora famosa, Montaña de Siete Colores debido a su coloración natural dada por una gran cantidad de piedras sedimentarias en erosión que se forman de tal manera que la hacen parecer un arco iris. Esta sorprendente montaña se encuentra en la provincia de Canchis, al sudeste de Cusco.
La aventura empezó a las 4 de la mañana, cuando subimos a un bus que nos llevaría al pueblo de Chillca. Ahí comenzó la caminata (a las 7 de la mañana). Pasamos por lagunas, arroyos, pequeñas comunidades locales de pastores que guiaban rebaños de llamas y vicuñas y -lo más emocionante- pudimos observar durante todo el camino el imponente nevado Ausangate; la quinta montaña más alta de Perú con 6384 metros. Ésta es una montaña sagrada en la cosmovisión andina.
El recorrido dura entre 3 horas y media y cuatro horas, es difícil y es necesario estar en buena forma física para alcanzar la cima. La última parte es todo un reto porque es muy empinada y está a 5200 metros sobre el nivel del mar así que la altura y el frío se hacen sentir. Sin embargo, ¡vale la pena! Desde la cima de la montaña verás la mejor cara del Ausangate a un lado y al otro la montaña de Siete Colores. Te sentirás victorioso, rodeado de naturaleza y satisfecho por el esfuerzo realizado.
Después de apreciar el paisaje, fue momento de regresar a casa. Una caminata de tres horas hasta el pueblo de Chillca, donde tomamos el bus de regreso a Cusco. Por cierto, dormimos todo el camino, estábamos exhaustos ¡Fue un gran día!
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